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Este curso, me dio las pautas y motivación inicial para incorporar a mi vida esta práctica, que si en un principio me parecía un factor que podía mejorar mi vida, a día de hoy me resulta una práctica imprescindible para mantener un nivel de vida saludable.
Raúl
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Gracias al curso de mindfulness puedo pararme cada día, observar y vivir más consciente y en el presente. Una herramienta muy útil y potente.
Susana
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Aprendí a convivir con sentimientos que no siempre te gustan, a parar en el caos de la rutina, a escucharme, a visualizar que no podemos controlar todo y que tampoco eso es necesario... a disfrutar de darte tiempo.
Rosa
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El taller de Mindfulness Activo me ha resultado una experiencia completamente enriquecedora. Me fue muy útil en el momento que lo realicé ya que acababa de incorporarme al trabajo después de una baja por maternidad y me sentía algo perdida y bastante acelerada. Me ayudó muchísimo a estar más centrada y no dejarme arrastrar por la sensación de prisa. En general, mantener la práctica me ha sido muy útil para estar más presente con mi pareja y mis hijos, sin que la rutina y quehaceres diarios se lleven mi atención. Además, Francisco hace que el entrenamiento resulte muy fluido y que fácilmente cada participante pueda incorporarlo en su dinámica diaria.
Amalia
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Había realizado distintos acercamientos al Mindfulness con anterioridad pero me costaba mucho llevar esa práctica a mi día a día. El taller de Mindfulness Activo del Instituto ACT me facilitó, de una manera muy natural y progresiva, ir incorporando la práctica, formal e informal, del mindfulness a mi día a día. Esto ha influido muy positivamente en distintos aspectos de mi vida, especialmente en mi relación con mis hijos, con mi pareja y en el cuidado que me dedico a mí misma. Francisco sabe trasmitir la esencia y las claves del mindfulness y guía al grupo para potenciar toda la riqueza del entrenamiento en grupo.
Rebeca
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Decidí hacer el curso de mindfulness en un momento en que había llegado a un grado de angustia al que no era capaz de hacer frente. Supongo que por acumular a lo largo de los años situaciones difíciles, y además cuando mis hijos salieron de casa para hacer su vida, me hizo sentir una enorme soledad, aunque mi vida seguía siendo activa. Había acudido a un psicólogo y me ayudaron con algo de medicación, pero yo sentía que no avanzaba. Yo no quería pastillas, quería volver a disfrutar de la vida por mí misma. Fue mi hijo que vive en EEUU quien me dijo que él había asistido a algún curso de mindfulness para saber controlar el estrés del trabajo y estaba encantado. A pesar de que para mí suponía un esfuerzo importante desplazarme a Madrid todas las semanas siempre estaré agradecida a Francisco. En aquel momento me ayudó a meditar y me proporcionaba paz. Hoy, a pesar de que me cuesta ser constante, procuro cada día antes de levantarme hacer una meditación de media hora y siento que me ayuda a ser más consciente del presente. Creo que el grupo también ayudó a tener muy buen ambiente y por supuesto, la gran labor de Francisco para ayudarnos a estar presentes.
Estrella
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Yo ya había tenido un primer contacto con esta técnica pero decidí asistir al grupo de Mindfulness, porque se ha convertido en algo fundamental en mi vida diaria y quería aprender más. Practicar Mindfulness me aporta por un lado, tener capacidad de atención y concentración en las tareas que hago a diario; por otro lado, saber parar y escucharme a mí misma, tener el espacio "aquí y ahora" para observarme, identificar mis pensamientos y emociones, contemplar mis reacciones y ser compasiva conmigo misma. Todo ello me ayuda a conocerme más y seguir el camino para ser a nivel personal y profesional, quien quiero ser. La experiencia de grupo la viví como fundamental por el enriquecimiento que aporta (escuchar y compartir otros testimonios te da puntos de vista que a veces no se tienen en cuenta). Aprendí nuevas técnicas, formas de practicarlo de forma autónoma y con ejercicios muy concretos, la importancia de aspectos que a mí se me habían pasado por alto o me costaba manejar (tiempos, silencios, "ruido mental")... En general en este curso pude descubrir un enfoque diferente planteado por el excelente profesor que nos acompañó en las sesiones y sin dudarlo, lo recomendaría a familiares y amigos que quieran aprender e iniciarse en esta práctica.
Sonia
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Acudí al grupo de mindfulness porque me parecía una oportunidad muy buena para contactar conmigo misma, pararme, ver y disfrutar de lo que tengo a mi alrededor. Me sirvió para darme cuenta cuando voy corriendo a todos lados de lo que pierdo a mi alrededor y darme el permiso de parar y centrarme en lo importante. También para darme cuenta cuando tengo la cabeza a mil cosas y no soy capaz de atender a lo que o a quien tengo delante, parar y poder estar presente. Disfrutar de un café con una amiga, de una película, de una cena, de unas cañas… únicamente disfrutando, sin mirar el móvil, sin dejarme llevar por los pensamientos de lo que he de hacer mañana o lo que ya pasó. Para escuchar mi cuerpo cuando al hacer ejercicio físico o cuando me dejo arrastrar por los quehaceres diarios, poder parar un poco antes de llegar a estar exhausta y agotada. El grupo me ayudó a ver que cada uno a su manera vive acelerado y arrastrado por la rutina y el día a día, sin sentirme juzgada. Me sirvieron mucho los audios y el entrenamiento en práctica informal. Me pareció fantástico cómo Francisco lleva el grupo, siempre animándonos y motivándonos.
Eli
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Acudí al grupo de mindfulness porque detecté que trataba de controlar casi todo lo que sucedía en mi entorno, desde aspectos más emocionales o personales, hasta comportamientos de los demás. Según iban avanzando las sesiones empecé a notar cambios, sobre todo en mi manera de responder ante ciertas situaciones y ante mí misma. Fui notando como iba dejando de ejercer control y empezaba a disfrutar más de mi día a día. Aprendí a conocerme un poco más a mí misma, a entender mis emociones y sensaciones, a no dejarme llevar por los pensamientos, y, lo más importante, a responder en vez de reaccionar ante cualquier evento tanto interno como externo. Recomiendo totalmente pasar por la experiencia de practicar mindfulness, ya que creo que caemos mucho en la tendencia de vivir de prisa y eso nos contamina bastante.
Irene
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A través de la práctica del Mindfulness me he reencontrado con lo que es esencial en mi vida. He aprendido a relativizar, y de esa forma empequeñecer, mis agobios. Así consigo que mi mente acompañe a mi cuerpo en los lugares en los que estoy, en las actividades que realizo, sin tenerla ocupada en otros pensamientos de algo que, o bien sucedió, y por tanto no puedo cambiar, o bien no ha ocurrido, y por tanto no es real. Estoy en cuerpo y mente en el aquí y ahora.
Clara