¿Por qué es tan importante esclarecer lo que mueve a las personas en la vida, el legado que quieren dejar tras de sí? ¿Por qué, de entre todas las técnicas posibles, apostamos por implementar durante la terapia la defusion cognitiva? ¿Por qué aparece la aceptación como la única alternativa posible? Son muchos los “por qué” que pueden venirle a uno/a a la cabeza cuando se plantea dar un paso más en su formación y convertirse en terapeuta contextual.
Para dar respuesta a estas preguntas hemos, inevitablemente, de apelar a las raíces filosóficas sobre las que se asienta nuestro trabajo clínico. Es decir, será la concepción que tengamos del ser humano y de las causas de su sufrimiento la que dé dirección a las preguntas que formulamos en sesión y la forma en que organizamos la información. Será también este conocimiento, esta forma de mirar a través de las “gafas” del contextualismo funcional, lo que nos permita ver y discernir qué procesos hemos de movilizar en cada momento de la terapia, al servicio siempre de ayudar a nuestros pacientes a enriquecer sus vidas y avanzar en la dirección que anhelan avanzar.
Y… ¿Por qué no ves este vídeo y te explicamos algo más sobre la importancia de esta filosofía?