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Cómo hacer que la terapia tenga sentido para el paciente

Por 26 febrero, 2020mayo 15th, 2023Sin comentarios

Cómo hacer que la terapia tenga sentido para el paciente

Te has preguntado por qué aun disminuyendo los síntomas del paciente, parece que el malestar permanece, que la vida para ese paciente sigue más o menos igual, y que las quejas y la falta de vitalidad se mantienen?… ¿Te ha pasado alguna vez que el paciente no sabe muy bien a qué va, no tiene síntomas relevantes? ¿Te ha pasado que se supone que tendría que estar bien pero que no lo está, está insatisfecho y no sabe por qué?

A veces es difícil encontrar sentido a la terapia y definir una dirección.

Otra veces ocurre que los tratamientos se hacen largos, se enlentecen, y, de alguna forma y conforme el proceso avanza, se desdibujan los objetivos que inicialmente parecían claros.

A veces por cuestiones de organización, vemos a los pacientes con poca frecuencia y las sesiones se transforman en contar los cambios de los síntomas o relatar los conflictos del paciente entre sesiones… Y esto se transforma en un hábito, y nada cambia.

A todos los terapeutas nos ocurre que los procesos terapéuticos se nos atascan, pierden vitalidad y dirección. Es fácil que cuando esto ocurre los pacientes abandonen el proceso terapéutico.

Volver a los valores personales es una forma de retomar la dirección última del tratamiento, aportar vitalidad, sentido y orientación a lo que hacemos en la clínica. Es el puente que conecta a terapeuta y cliente en un trabajo común, consensuado y con un foco específico.

Más allá del síntoma, más allá de la queja, más allá de la rumia, más allá de cualquier etiqueta diagnóstica, las personas sufrimos porque hay algo de la vida que se nos resiste: un tipo de relación que no conseguimos tener, un modo de expresarnos que no sabemos implementar, un proyecto laboral que no emprendemos porque el miedo nos paraliza, una mayor intimidad en una relación cuando la vulnerabilidad nos aterra, una mayor estabilidad, persistencia para conseguir objetivos cuando no hemos aprendido a hacerlo, valentía para expresarnos abiertamente, pertenecer a algo, contribuir de algún modo a lo o a los que nos rodea….

La dimensión del trabajo en valores personales en las terapias basadas en la aceptación, especialmente en ACT, proporciona ese “más allá”, enriquece la comprensión de la persona que tenemos delante, y nos permite no sólo entender sino también acercarnos a nuestros clientes desde una perspectiva completamente diferente del sufrimiento. El trabajo con los valores personales aporta luz y vitalidad al cambio, a lo que hacemos en terapia, proporciona orientación y sentido.

Si quieres seguir leyendo sobre valores, te propongo las siguientes lecturas.