Al terminar la formación universitaria los profesionales interesados en la psicología clínica están obligados a continuar su formación o bien a través de un máster general sanitario o bien a través del itinerario PIR. En ambos casos los profesionales se encuentran ante el eterno caos que existe entre las escuelas de psicología, los diferentes marcos conceptuales, las hipótesis derivadas de cada uno de ellos y las distintas, o incluso a veces idénticas, estrategias usadas para promover cambios.
Lo frecuente es que el profesional en tal proceso, cambie de perspectiva varias veces dependiendo de tal o cual universidad, de las rotaciones que tenga oportunidad de hacer en determinado servicio, del centro de prácticas y del tutor que le toque. Ocurre entonces que, cuando antes veía la necesidad de “reestructurar ciertos pensamientos disfuncionales”; ahora ve que es “el sistema familiar disfuncional el que está alimentando el síntoma”; y que cuando llegaba a entender que la causa del sufrimiento de su paciente estaba en “cierto tipo de defensas que reprimían contenidos inconscientes”, tendrá que pasar a entender que “la causa de lo que hace su paciente está en las consecuencias de tal conducta”…. Sin contar con las veces que tendrá que ponerse la “bata blanca” y ver, dificultades en neurotransmisores, cambios en serotonina, problemas con la dosis de litio, o con ciertas redes neuronales…. y le tocará “ver” todo esto, incluso cuando no cuente con ninguna herramienta para verlo, o para cambiar e influir sobre estas variables que se postulan como causales.
El caso es que los psicólogos clínicos una vez listos para comenzar a trabajar se encuentran sumidos en el caos de teorías, en la confusión y el mareo, ese sistema de formación además le ha llevado a desarrollar la habilidad (extremadamente útil en tal contexto) de encajar a cada paciente en una perspectiva teórica diferente y a hacer que cualquier modelo, finalmente cuadre con el cuadro. Mantenerse a lo largo de la carrera profesional practicando el eclecticismo teórico a la larga genera confusión, inestabilidad, e inseguridad profesional. Muchas veces ante esto, y en aras de obtener claridad, los profesionales se dedican al consumo frenético de libros, lectura de publicaciones, participación en congresos y cursos todos enmarcados en diferentes aproximaciones, que dada la extensísima oferta existente en el mercado, resulta imposible de abarcar, incluso genera más dispersión y enredo. Paradójicamente queriendo aprender, aclarar, y mejorar; esta conducta (o los intentos de control de la inseguridad) se aumenta el agobio, se alimenta el desorden, el caos, la inestabilidad y la inseguridad, descrédito y desmotivación profesional a la larga.
Por eso, recuerda: has elegido ser psicólogo clínico, una vez que hayas conseguido todas las acreditaciones exigibles, ahora para ser un buen psicólogo clínico todavía te toca elegir el modelo desde el que vas a ver a tu paciente y desde donde vas a entender por qué sufre tu paciente y cuáles son las soluciones que se derivan de esa concepción. Explora en profundidad el modelo elegido y mantente en ese modelo durante el tiempo suficiente que te permita sacar el máximo partido al modelo. No saltes, no cambies de visión según tu apetencia o según el cliente, sus problemas o sus preferencias. Procura tener argumentos para situarte en tu perspectiva, que estas bases conceptuales sean lo suficientemente potentes y lo suficientemente buenas para que te permitan defenderlo y sentirte cómodo en él.
Para elegir en qué modelos quieres situarte piensa en:
- el modelo que te permite responder a la mayor parte de las preguntas que te haces en clínica
- el modelo que te proporciona herramientas que has visto que tienen efecto, que son útiles para promover cambios en tus clientes
- el modelo que te proporciona criterios y herramientas específicas, directas y sencillas para medir con claridad el cambio clínico
- el modelo que notas que es más simple, comprensible, que tiene más sentido para ti
- el modelo que más se ajusta a cómo entiendes tú la vida, la de otros y la tuya
- el modelo que coincide con los valores que te han llevado a elegir ser psicólogo clínico
Un vez que hayas hecho esta elección, ve a por todas:
- estudia sobre filosofía, conceptualización teórica, experimentos y evidencia científica que avalen a tu modelo
- profundiza en los conceptos que han dado lugar a los procesos clave en psicopatología y tratamiento y a las herramientas que se han desarrollado dentro de tu modelo.
- Finalmente, no te entretengas y fórmate con los mejores.