Recuerdo a mi madre cosiendo. A ella nunca le ha gustado coser, pero como mujer de su tiempo, había ocasiones en las que tocaba coser, y ella cosía. Y se ponía del mismo modo que hace todas las cosas: con mucho amor, infinita paciencia, prolijidad, y siempre siguiendo un sistema. Cuando cosía el sistema que usaba era hilvanar. Ella lo hilvanaba todo y probaba las piezas una y otra vez, y desarmaba y volvía a hilvanar hasta garantizar que cuando pasara la máquina de coser, la pieza quedaría perfecta. Yo no entendía porqué cosía y requetecosía en el mismo sitio, primero con hilo suelto, con aguja gorda y luego con hilo firme y aguja más fina, primero a mano, luego a máquina…. Yo me impacientaba al verla repetir esa operación montones de veces… Ella me explicaba que el hilván era esencial, que dirigía toda la operación y que habría que hacerlo las veces que fuera necesario. Era esa sutil marca que dirigía, orientaba las puntadas definitivas y que garantizaba que la pieza finalmente calzara bien, se ajustara…
Hoy encuentro a menudo que los terapeutas no hilvanan. Muchos profesionales con los que superviso llevan a cabo intervenciones bien planteadas y fundamentadas, manejan los instrumentos que están empleando, saben lo que tienen que decir y hacer, pero sin embargo incluyen herramientas “sueltas”, como si las puntadas se dieran sin seguir orden o guía. Aparentemente el trabajo está formalmente bien hecho, pero no tiene efectos en el paciente, no se ajusta, no “le calza” al paciente. Las sesiones quedan sin función, y el proceso no avanza…
Ocurre que en muchos de esos casos las herramientas que se introducen están descontextualizadas y por tanto carecen de función, no tienen sentido para el cliente, quedan dispersas. Esto suele pasar porque falta el hilván, esa marca sutil que atraviesa todo el proceso, que marca, orienta y dirige cada puntada. Lo que falta es un análisis funcional completo del caso que permita, al cliente incluso más que al terapeuta, conocer las regularidades de su comportamiento, conocer en esas regularidades las consecuencias de su comportamiento, y ampliar la visión y ver si va hacia donde quiere ir en su vida, por dónde quiere seguir. El análisis funcional y la comprensión del patrón general de regulación del paciente será nuclear al proceso de terapia y en torno a lo que pivotarán el resto de puntadas: metáforas, ejercicios, ejemplos, tareas, etc. El AF será el contexto y el sentido de todo lo que se haga en terapia, de las conversaciones que tengan cliente y terapeuta. Esta relación entre el funcionamiento global del cliente con las herramientas que se empleen en el proceso, será igual que hacer que las puntadas sigan el hilván, será la guía.
Por ello antes de implementar herramientas, escoger un ejercicio u otro, convendría que nos paráramos a preguntarnos y respondernos:
- El análisis funcional que he realizado ¿incluye suficientes ejemplos?
- Necesitaría más ejemplos, de otros ámbitos de su vida, salir del problema concreto que trae y ampliar mi visión de la regulación?
- He conseguido que el cliente a través de los ejemplos extraídos, las preguntas que he hecho y del acento que he puesto en las consecuencias, consiga verse en sus tendencias más acusadas?
- El cliente es capaz de reconocerse en esas formas habituales de hacer ante el dolor y el malestar? Puede ampliar los ejemplos y verse funcionando igual en otros ámbitos incluso que no le haya preguntado directamente?
- Es consiente de los efectos (cortos y largos) que tiene ese modo de hacer ante el dolor
Y al implementar las metáforas, ejercicios o ejemplos nos puede ayudar el hecho de preguntarnos y respondernos:
- Esta metáfora en particular, ¿qué significa, cuál es el mensaje que pretende transmitir?
- En esta metáfora, ¿cuáles son los elementos relevantes y cuáles son los accesorios?
- En términos del análisis funcional, ¿puedo identificar y establecer las equivalencias que le darán función? o
- ¿Tengo claras las relaciones entre los elementos de la metáfora o ejercicio y los del patrón de regulación de este paciente?
- Puedo traer a colación de esta herramienta ejemplos concretos sacados del análisis funcional?
Contestar a estas preguntas supondrá, en cada interacción, seguir el hilván, sesión tras sesión. Nos ayudará a tener una dirección en el procesos terapéutico y a contextualizar todo lo que se hace durante el proceso. Esa dirección tendrá que ser compartida entre terapeuta y paciente de modo que tenga sentido, le encaje o siente bien al cliente. En definitiva, como aquellos pijamas que cosía mi madre, que terminaban siendo “usables”, se ajustaban a tu altura y a la forma de tu cuerpo, y además eran calentitos para dormir en invierno. Aunque yo creo que lo que más nos gustaba de aquellos pijamas era que, además de ser funcionales, ver a mi madre hacerlos con tanto amor y tanta paciencia los hacía muy especiales.