Escucho con frecuencia a los terapeutas hablar sobre las resistencias al cambio de los pacientes, quejas porque sus pacientes no completan los registros que se les piden, ni practican con los ejercicios que se les dan, ni llevan a cabo las tareas que se les proponen. Atribuyen esta falta de respuesta a la falta de preparación al cambio de los pacientes, a la falta de motivación, a sus resistencias. Entienden que si no es el momento del cambio, no cambiarán. También ocurre que en muchas ocasiones temen hacer una intervención u otra y se preguntan “si será el momento de hacerla”, o “en qué momento hacer una cosa u otra puede ser perjudicial”… En general, es bastante habitual escuchar eso de que si “ahora no es el momento” habrá que dejarlo; o los argumentos sobre el por qué se hizo una cosa o se dejó de hacerla en base a que “ ese no era mi momento” …
Desde mi punto de vista es el clínico el que tiene que tener habilidades suficientes para promover el cambio en terapia.
Es el terapeuta quien tiene que hacer evidente al cliente la necesidad imperiosa de cambiar, ha de mostrarle, a través de señalar su experiencia, de qué modo y haciendo lo que hace, su vida está siendo cada vez más pobre, menos brillante.
Es tarea del terapeuta también mostrarle y evocar imágenes apetecibles al cliente que le hagan contactar con el modo de vida que desearía tener si pudiera elegir, si cambiara, o se comportara de modo diferente. Será también tarea del clínico facilitarle las herramientas necesarias para que aprenda las habilidades que necesita su cambio, y alinearse con lo que quiere conseguir.
Por eso yo no necesito que mis clientes estén preparados para cambiar, o que se sientan seguros de poder hacerlo, o noten motivación…
Porque mi tarea es motivar en sesión y para ello y como terapeuta contextual cuento con el reenmarque del problema, con generar la desesperanza creativa o reformular el problema. Todas herramientas dirigidas a hacerle ver al cliente el desgaste producido por la lucha contra lo que piensa y siente … La motivación la cambio, el superar las barreras o resistencias del cliente a cambiar, supone desequilibrar el sistema que le funciona al cliente a corto plazo, y esto se hace ayudándole a contactar con su experiencia:
- Aportando al cliente conciencia, sobre lo que siente, piensa y hace
- Ayudándole a que se vea con perspectiva a través de su experiencia y vea los efectos a largo plazo de lo que hace
- Ayudándole a contactar con las pérdidas cotidianas que sufre al pelearse con lo que siente y piensa.
Mi tarea en sesión es enseñar a mis clientes a dar pequeños pasos incluso con el pensamiento de no estoy preparado; mi tarea en sesión es enseñarles a que con miedo, con incertidumbre e inseguridad hagan, se muevan de modo diferente, y que ese hacer esté cargado de sentido y satisfacción personal…